Poema dedicado a las partícipes del taller: Sin penas, mi luna con Curanderas del Bosque
Quieto, corazón,
no aceleres tu perdón.
Desciñe esos miedos
y eleva sus cenizas al viento.
Escucha los cantos del cielo
y permite que el fuego baile
al son del agua, y te cure.
Quieto corazón,
que la tierra es tu cuna
y el tiempo inagotable.
Vive sin penas, mi luna,
que el sol vislumbra
su mensaje en un latido:
sanar es amar(se).