Las ansias queman su piel.
anhelan el beso de los veranos,
el abrazo solar,
el deleite del apogeo
y el disfrute existencial.
Pocos aguardan,
con ánimo de ocultar,
el roce del vaho invernal.
Los cuestionamientos,
la separación del alma y el cuerpo
y la inexistente pertenencia a lo que no somos.
Pocos saben lidiar con la oscuridad,
donde uno se abriga a su propio calor
por el miedo al congelamiento del corazón.
El resto no sabe apreciarlo,
no dejan de sentirlo.
Nuestra convalecencia
se marca de dos en dos,
de inicio la noche, de fin los días.
Intrigantes son sus momentos,
nos brindan el aprendizaje,
salvo el beso del último tiempo,
en donde el eclipse estalle
y retornemos a la última estación.
Entretanto, existe.
|| Instagram: @MLHornidge||