Pinreles desnudos
crujiendo los vástagos otoñales;
los vasos ya no corren sangre.
Cateo lo terrestre
para postrar aquellos vasos
en mi tierra madre.
Ellos emanan de mí,
de mi huesos,
de mi pecho;
me vuelvo parte de sí.
La semilla de nuestras vidas
germina en tierras santas;
indómitas, sin mordazas,
mujer sana, lóbandose.