Nuevos testimonios,
nuevos comunicados,
nuevas incógnitas gubernamentales
cada día que ascienden a la luz
las nuevas formas de reprimir.
Tengo descontento ciudadano
por el descaro policial;
me causa repudio como ellos
eluden nuestros pechos al protestar.
¿Cómo es que estiman más
lo político que lo social?
¿Cómo es que ellos
ya no son parte del pueblo?
¿Cómo es que nosotras
velamos por nuestra seguridad?
Caminar en estas calles
manchadas de sangre
es un símbolo de valentía,
a pesar del miedo
que no deja de emerger.
En esta ciudad
nosotras no vivimos,
sobrevivimos.
¿Hasta cuándo
y cuánta sangre se derramará
para que vivamos la libertad?