Mis miradas te dictan
más que mis palabras,
mis labios te gritan
más que el quiebre de mi voz,
mis silencios torturan
los golpeteos del pecho
al querer sacarme el corazón.
Te he contado,
sin pausas,
el descontrol que tus dedos causan
al deslizarse sobre mi piel.
Como el roce de tus labios
desinhibe mis instintos
y me descontrolo en lo sexual.
Únicamente
en la oscuridad te recuerdo,
porque tus miradas dictaron
menos que tus palabras,
tus labios gritaron
menos que el quiebre de tu voz,
tus silencios torturaron
menos que tu pecho
porque ya he salido de tu corazón.
Hoy, sólo eres un recuerdo
en mis noches de soledad.
Hoy, sólo eres el hubiera
que quería disfrutar.