No comulgo oraciones
con la intención de rezar;
a los ojos de sus devotos
he pecado tanto
como han podido observar.
Disputé conmigo sí decidía por mí
o ellos lo harían
al imponerme sin preguntar.
Dentro de mí
no existen veneraciones
ni divinas iluminaciones,
no me alimento de cuerpo
ni de sangre.
Dentro de mí
no existe la fe.
No alabaré ideologías de sometimiento
que hablan de amor al prójimo
y terminan matando a pedradas.
No alabaré forzosas imposiciones
a precio de violencia y crimen,
No alabaré una creencia de poder
que abusa de la sexualidad.
No me doblegaré a la ignorancia
ni seguiré los pasos del verdugo
al saber sus genuinas intenciones.
Yo no apostaré con mi vida
una creencia que mancha carmesí.