Soy apacible como el viento,
me enloquezco cual fuego
al sentir tus labios en mi sien.
Los incendios de la flora
no son más que almas en deseo,
las cenizas son el cúmulo de cuerpos
calcinados en pasión.
El viento sigue soplando, suave,
las necias llamas persisten,
quieren alzarse nuevamente
y acabar con todos los campos.
Así es el amor,
encariñarse entre abrasos.