En este mundo de cuarzos,
soy las hojas de la planta
que incendias entre llamas.
Las caladas de la angustia
envueltas en la instantánea serenidad,
y el humo que brota de tus labios
al dejarme libre y transformada.
Soy todo aquello
que te mantiene extasiada.
Soy todo aquello
que te hace ver la realidad,
incluso, de hacerte tocar cielo.
Quizá por eso soy prohibida,
porque no quieren que nadie despierte.
Los sueños son más hermosos que la realidad.