La insuficiencia es constante,
los cielos permanecen despejados
pero se descuidan en vida.
Ya no hay quién les cante.
Últimamente las incógnitas ambientales
me están dejando de importar.
El cansancio natural lo siento tan dentro de mí.
El descontrol y el pánico
aparentan estabilidad social;
estabilidad que lleva por sinónimo al egoísmo.
Sí es que tenemos que morir
para equilibrarnos la existencia,
que mejor será irnos
y dejarnos sin presencia.
Dejar a la hache muda.