¿Has pensado en los destellos de tu mente?
En cómo la claridad se sumerge
en engañosas ilusiones que,
por segundos,
crees en su imaginaria veracidad.
¿Has pensado en la inquietante melancolía?
Aquella que te abraza y te acoge
en espera de rendirte en sus anhelos.
Hay reflejos que nos mantienen
resguardados en la monotonía,
preferimos lo conocido
a explorar los peligros que nos acechan,
peligros que nos cazan.
Hay reflejos que nos mantienen
resguardados en la monotonía,
ajenos a nuestros sueños,
porque los temores pesan más que las realizaciones.
Hay reflejos, pero no errores.