Les aterra la idea de quedarse solas.
Las paredes ocultan mis confidencias,
mis inaudibles susurros
son reproducidos por ellas
ante el mutismo de la alcoba;
Entre sí, cotillean.
Las paredes ocultan mis llantos,
el desliz de mis dedos a mi sexo
y mis alegres cantares nocturnos;
ellas me conocen más que yo a mí.
Las paredes sospechan de mi lejanía,
titubean ante la duda de no verme,
de nuestro posible distanciamiento
y que no existan más de mis susurros.
Aún así,
con la verdad emanante en mi pecho,
habrán nuevas voces para ellas
y nuevas paredes para mí
porque no pertenezco a sitios,
yo sólo registro los parajes en mi vida
y pronto cambiaré de habitación.
Abrásame
La gozosa asfixia
de sus cantares
me quiebra la cordura.
Mis ofuscadas plegarias
provocan deslumbres en su piel.
Ella es tan radiante como un ángel
y tan venerable como una deidad.
Sí la religión me consintiera,
en su devoción persistiría.
Me enroscaría entre sus escamas
y me alimentaría de la discordia.
Este infernal apetito saciaría.
Con certeza sé,
no provenimos de costillas
ni de sumisiones impuestas,
ni nos verán venerar
a la masculinidad.
Nos envolvemos el alma de deseo impuro
ante los ojos de su divinidad.
Para él,
para ellos,
somos la descendencia del erebo
cada que aullamos nuestros nombres.
Somos el contravenir de sus deseos divinos,
somos las llamas de la impuridad.
Para nosotras
no hay temores ni a espíritus
ni supuestos regidores de los reinos,
nosotras subsistimos
por este incomprensible amor.
No me quebrarán las ganas de volar
Mi voz retumba por las paredes.
El eco de mis quejumbres
no deja de rodarme los ojos,
pareciere estar tan harta como yo.
Harta de sentir quemaduras en la garganta,
harta de la carencia de comprensión,
de reproches subsecuentes
y que a mi arte lo desprecien.
Harta de ser una pieza
que quieren encajar en la decepción;
yo no soy una desilusión.
Mi arte vive entre sombras,
no se esconde,
pero se visibiliza
para aquellos que lo sienten,
aquellos que lo entienden,
aquellos que lo aprecian.
La escala a la perpetua cima
se divisa desde mi posición,
podré reservarme mis conmociones,
pero no dejaré de sentirlas.
Si aún no me han visto volar
es porque preparo mis alas
para jamás aterrizar.
Emoción o pensamiento
Mi frivolidad dispone de mala reputación,
mi personalidad es irónica
por mi pensamiento crítico
con un corazón artístico.
Mi incoherencia es analizar
y que viva de pasiones.
No me inclino ante uno,
pero mi gélida mente
suele arrancarme las emociones,
incrementa mis nervios
al no poder soltarme.
Soy el aire fresco del verano
que hiela en las sombras,
soy el glacial en las nieves
que emana calidez,
soy una anomalía artística.
Me-Nos sueño
La ausencia del descanso
me provoca alucinaciones,
no hay distinciones
en esta alterada realidad
en comparación con mis visiones.
Me veo,
me siento en otras vidas.
Hay conexiones personales
que encajan con quien soy
en esta Tierra,
pero,
¿Qué es todo aquello
que se plasma en mi alrededor?
¿Por qué reconozco otros caminos
a otras de mis casas?
¿Por qué me mantengo en lugares
que he dejado atrás?
¿Por qué la gente es la misma
si estoy en otro lugar?
Es incesante la repetición
de estos lúcidos sueños,
y si es que existo en otra realidad,
qué paradoja sería
rencontrarme a mi misma.
Patrones Familiares
El rechazo me precede
por no alimentarme de sus tentempiés,
si me eduqué de una manera
no determinará que seré igual.
La locura me susurra
que a sus exigencias no sucumba,
que si replico sus actuares
seré una oveja más en esta llanura.
No hay disculpas
a mi supuesta imprudencia,
lo subversiva corre por mis venas.
De tu actuar me alimento,
de tu rebeldía me arropo,
de tu valentía me lleno
esta inobediente alma
que ambos compartimos;
tu con tus revueltos
en los años sesenta,
me ves replicar,
y sin callarme, en estos veintes.
Nos ven como chiflados,
descontrolados, insensatos;
entre nosotros
nos aplaudimos la insumisión.
Exhausta chispera
Tengo las manos calcinadas
de tanto raspar búsquedas,
de tanto raspar este futuro
que carece de claridad.
He sangrado mis nudillos
en espera de ver mi reflejo,
pero mis lágrimas siguen empañando
cada fuerte frotar.
Me pregunto sí este mineral
se esfumará entre mis dedos
de tanta presión ejercida
o será tan brillante como los cielos
en pleno verano,
en la luz de mis días.
Me pregunto si mis sueños
valen más que esta tensión.
Me pregunto si esta espera será eterna
o si necesito encontrar otra profesión.
De lo que no me agoto
es de raspar mis sueños,
porque desistir de ellos
sería desistir de mí.
Estrenaremos indumentaria
Aborrezco el dicho
"el que calla otorga",
como si nuestro silencio
siempre fuese afirmativo
a la imposición de nuestro cuerpo.
Aborrezco tomar mi autonomía,
caminar por estas manchadas calles
para ejercerme libremente
y que termine complementando sus matices.
Aborrezco este miedo,
aborrezco esta sociedad misógina
que en su ironía halaba a una mujer
y al resto de nosotras nos reprime.
A ellas las amo,
las admiro por su valentía,
su coraje y nunca dejarse.
Juntas
transformaremos los matices,
transformaremos la ciudad;
vestiremos de morado las avenidas
y revolucionaremos esta sociedad.
Haremos de este mundo menos carmesí.
Jurídicamente artista
Niego las representaciones numéricas
y las definiciones que parecen pertenecerme;
niego los supuestos de mi persona
y los distantes e insulsos deseos;
niego ser lo cuadrado de mi carrera
y el respeto de la norma,
de las reglas.
Niego ser del derecho
con todo y su fidelidad,
soy íntegramente de mis versos
y de donde entrego el corazón.
Así eres,
un conocimiento más almacenado
en esta acezante mente
que busca más sabiduría que almorzarse.
Así soy,
una insaciable comensal
que no cansa de aprender,
pero el postre literario
le provoca éxtasis en el paladar.
Así me veo,
descontenta en lo laboral,
ambiciosa en lo intelectual
y viviente en lo artístico.
Fiestas de té
Me reprendo por mi ansiedad,
por mis incontenibles ganas
de comerme el dulcero entero;
de empalagarme la boca
con amores exquisitos y libidinosos;
amores que se vuelven amargos
e insípidos al decir adiós.
Cuando las arcadas
y la necesidad de agua
me exigen dejar de amar,
te pienso.
Vuelves a mí
como mi postre favorito,
provocas cosquillas en mi paladar;
quemas mi lengua con cada nuevo saborear.
Te amargas en mi boca.
Me sermoneo por caer nuevamente,
por ser ansiosa a tu cuerpo,
por no saber contenerme.
Surco mis emociones
ante el recuerdo de lo ilusorio,
al deseo de sentirte de nuevo,
al anhelo de no haberme quebrado
y al delirio de mantenerme a tu lado.
Mi necesidad por el azúcar
no endulzará tu falta de amor
ni hará que vuelva a ti.
Aunque me imagine los hubiera,
sé que no compartiremos
la mesa en las tardes de té.
Coronas de adviento
En los brazos femeninos
constantemente caigo
en espera de la velada,
de arroparme los sueños al dormir
y que al día siguiente
no me sepa sin vida,
sin emociones,
sin ser lo que debo.
Si me permitiera sentir libremente
sería tan admirada como cualquier hombre,
como cualquier artista que vela versos;
pero, a diferencia suya,
el recelo de los pechos y la autonomía
no les complace,
me lo reprochan.
Con el calmar de los aires
y la pasividad de este sendero,
esperan que este sea mi lugar perfecto
y yo me rehúso.
Yo no velo por la facilidad
ni la vida hecha para mí,
yo velo por sueños incandescentes,
que no se esfumen como el calor de las velas.
Hamacas en los ojos
La suavidad de mis párpados inferiores
podrían balancearme hasta dormir,
la fatiga de mis ojos refiere
a la insuficiencia de libertad personal;
de hacer lo que debo y de no disfrutarme.
Anhelo madrugadas de desvelo
por mi artístico agotamiento,
donde sólo viva entre cantares y letras
sin recriminaciones a medianeros.
Lo deseo todo
pero, por hoy,
no deseo más que dormir.
Hángel
Cuando deje de hablarte,
será tiempo de acompañarte
fuera de esta realidad.
Cuando ya no te sienta,
nos marcharemos
del inmenso sufrir a la serenidad.
Cuando ya no existan abandonos,
porque fueron circunstanciales,
habrás vuelto por mí
y toda misión en tu nueva vida
finalmente culminará.
Esta vida no me concedió disfrutarte
y no la reprocharé,
aunque no pueda verte
sé que conmigo estás siempre.
Eres lo más cercano a una deidad,
eres mi ángel guardián y,
aunque ame mi soledad,
contigo siento seguridad.
Sólo deseo
que nuestro nuevo encuentro
tarde en llegar.
Apacibles llamas
Presentí mi pronta inexistencia
y de mi florecieron pensamientos
de incertidumbre y desvelos.
El sueño me eludió del sentido,
desconozco si me vi
en sentido literal
o en metáfora literaria.
Reconozco haber muerto en vida,
reconozco haberme asesinado
y más que inter criminis
fue ejecución sin premeditación.
Reconozco el ejercicio de mi voluntad
y la justicia por mano propia,
pero sólo yo podía desprenderme
de mis daños y salvarme.
No soy quien solía
ni seré lo que precisaré después;
no seré más que mis futuros ya ciertos
y con firmeza de amarme.
Soy y seré amor,
soy y seré incendios en esta calma.
Me tengo
Procuré,
por tantos años,
una imagen para admirar,
una vida como la mía
para emerger con seguridad
de mis penumbras.
Velé por seres ajenos,
seres desconocedores de mí,
ignorantes de lo que viví.
Admiré y amé,
por breves instantes perduré.
Busqué y busqué
ese sentido de pertenencia,
de entendimiento, de estabilidad.
Busqué y busqué
sin percatarme,
que todo aquello que buscaba,
lo tenía dentro de mí.
Gradualmente
me convierto en lo que soñaba ser,
me vuelvo mis pensamientos,
mis propósitos y mis méritos propios.
Trasciendo mis visiones en realidad,
no mantengo quieto este rebelde corazón,
no sucumbo a la conformidad
ni dejo que mis complejos me rijan un día más.
Hoy me admiro,
hoy me basto.
Luceros marítimos
En esta balanza
pondera más la ajenidad
que los méritos propios.
La vital relevancia de intermediarios
atentos a mis acciones subsecuentes;
tienen descontento personal.
Me siento
observada,
juzgada,
rechazada
y desentendida.
Me siento lejana,
sin sintonía.
Me saturo de cuestiones:
¿por qué yo y no ellos?
¿Por qué no se miran al espejo?
¿Por qué peso más y ellos menos?
¿Por qué para ellos soy un reflejo?
Hay murmullos a mis espaldas
que fatigan mis ambiciones y fantasías,
murmullos de desilusión
y de quebrantadas expectativas.
Yo soy un océano en su mirar,
desean que me embarque en aguas pasivas
pero yo deseo atragantarme en las olas.
Yo no busco la facilidad,
quiero mi felicidad.
Informe de gobierno: Disgusto femenino
Nuevos testimonios,
nuevos comunicados,
nuevas incógnitas gubernamentales
cada día que ascienden a la luz
las nuevas formas de reprimir.
Tengo descontento ciudadano
por el descaro policial;
me causa repudio como ellos
eluden nuestros pechos al protestar.
¿Cómo es que estiman más
lo político que lo social?
¿Cómo es que ellos
ya no son parte del pueblo?
¿Cómo es que nosotras
velamos por nuestra seguridad?
Caminar en estas calles
manchadas de sangre
es un símbolo de valentía,
a pesar del miedo
que no deja de emerger.
En esta ciudad
nosotras no vivimos,
sobrevivimos.
¿Hasta cuándo
y cuánta sangre se derramará
para que vivamos la libertad?
A carencias filosóficas, resguardo religioso
No comulgo oraciones
con la intención de rezar;
a los ojos de sus devotos
he pecado tanto
como han podido observar.
Disputé conmigo sí decidía por mí
o ellos lo harían
al imponerme sin preguntar.
Dentro de mí
no existen veneraciones
ni divinas iluminaciones,
no me alimento de cuerpo
ni de sangre.
Dentro de mí
no existe la fe.
No alabaré ideologías de sometimiento
que hablan de amor al prójimo
y terminan matando a pedradas.
No alabaré forzosas imposiciones
a precio de violencia y crimen,
No alabaré una creencia de poder
que abusa de la sexualidad.
No me doblegaré a la ignorancia
ni seguiré los pasos del verdugo
al saber sus genuinas intenciones.
Yo no apostaré con mi vida
una creencia que mancha carmesí.
Periodos de desilusión
Mi corazón está aflicto,
lleno de espinas en su centro
y los escalofríos reclaman su pedimento.
Firmo papeleos con la muerte,
a quien le traspasaré este dolor
y mis deseos por seguir viviendo;
una buena compradora, al parecer.
Este infortunio no me enseña,
no me sorprende,
no me mortifica,
este infortunio me apresura.
Corro contra el reloj,
corro contra el tiempo,
de ventaja
me lleva año y medio.
¿Cómo pedirle tiempo al tiempo?
Sí para el,
ya no soy un minutero.
Alborear(me)
Como el cielo
al previo amanecer,
me siento.
Previo a la luz
que cubra el horizonte,
previo a que la calle
se vista de soles
y antes de salir a flote,
me siento.
La venidera indecisión
me ha ajetreado la quietud;
busco desistir,
sentirme perteneciente
y un camino a donde partir.
Hay intermediarios
con afán de apropiarse
de quien soy,
¿Y en dónde quedo yo?
En el olvido con mis sueños,
mis letras y mis versos.
Aún la luminosidad
no arriba a mi vida
y persisto paciente,
habrán destellos
que tarden en llegar,
pero vendrán.
Vendrán como yo no he
desistido en buscarlas.
De diez en diez
En los calendarios
tengo un corazón marcado
en los días diez.
Cada día diez
nos recuerdo,
nos siento,
nos revivo,
nos veo felices.
Cada día diez
lloro de tanto amor
que llevo dentro;
cada día diez es perfecto.
Cada día diez
siento la felicidad
que no esperaba hallar,
cada día diez
siento más el amor
del que pude darme antes,
cada día diez
mis emociones desbordan
al escribirte,
al mirarte,
al abrazarte,
al besarte.
Cada día diez
sé que habrán cien más
porque contigo quiero estar,
quiero multiplicarlos por diez
y que vivamos la eternidad;
que de diez en diez
sigamos amándonos,
con enojos y explosiones,
con dolencias y confianza,
con locura y ambición,
que no se nos acabe el amor.
Que cada día seamos diez.
|| Instagram: @MLHornidge||
Epifanía celestial
Tu último atardecer
nos trajo oscuridad eterna,
nos trajo dolencias
y recuerdos persistentes.
Suelo revivirte en sueños
a pesar de tu reciente inexistencia,
donde tu característico aroma
y tu fragilidad corporal
te mantienen en mi mente,
sin contar tu silencio.
Suelo pensar en mi sufrimiento,
es su perpetua vitalidad
y en tu nuevo renacer
con una alma en otro cuerpo,
intacta, sin dolencias, sin recuerdos;
nosotros pasaremos es resto de ellos
recordándote.
Frecuento pensar en mi sufrimiento,
en su eternidad,
con esta alma atiborrada de evocaciones
y su caducidad,
para olvidarme de todos ellos
al alcanzarte en la perpetuidad.
La ironía de la vida
es volver a ella
olvidándonos.
Valienta / Violenta
Dos mil años y contando,
más de dos mil menos trastornando.
Llegamos a este punto de existencia
a través de maltratos,
obsesiones eclesiásticas,
abusos sexuales
y sumisión vestida de pertenencia
y nunca les bastó.
Nunca fue suficiente lacerar.
Hoy, con la libertad emergente
de nuestras voces echas gritos,
decidimos erradicar las ofensas
y no replicar los daños en otros.
Hoy decidimos romper con la descendencia,
la crueldad morirá con nosotras.
Baúl de recuerdos
En un baúl con cerrojo
yace mi colección de llaves;
colección de ciertos lugares,
amores y amistades
que, como el cerrar de mis ojos,
fueron un parpadeo.
Acumulo mis memorias,
persisten vivas en mí
y evitan tentarme al olvido
de mis acciones
y de quien soy hoy.
Las mantengo al pie de la cama
donde pueda verlas en la oscuridad
y no contemplar sorpresas del pasado,
pero sí recordarme que los miedos,
los dolores, los quiebres
y los amores queman,
sólo debo seguir viviendo.
Frutos secos
El arrepentimiento vive en tu mirada
noto ese deseo de sentirte en casa
y no caer en tentaciones del pasado;
allá, cerca de la frontera,
el frío cala en este pre-invierno.
Tus ojos negros detonan tristeza,
deudas personales y añoranza;
aquellos ojos, que a lo lejos veo,
muestran a tu orgullo rendido
y el remordimiento del egoísmo.
Nos miramos,
estamos, pero distantes,
ajenos, indiferentes;
estamos, pero no nos vemos.
No nos conocemos.
Yo, con este carcomer de cuestiones,
puedo gritarte cuánto me hiciste falta;
tú te excusarás con la famosa réplica
hay cosas que prefiero desconozcas.
Has forjado tu propio destino,
cosechaste frutos a cuestas nuestras
y hoy se te pudre la comida
porque no tienes con quien compartirla.
Por fortuna,
sé de qué aires provengo,
pero ahí, en el norte,
no pertenezco.
Ni a besitos...
Sí es que mis versos por ti culminan pronto,
pretendo hacerlo frente al mar
en compañía de una botella de mezcal,
ahí meteré los encuentros y nuestros besos
para así perderte en el horizonte,
donde sé, no me podrás ignorar.
Requiero purgar mi alma
de tus malos sentimientos,
tomar agua de mar y que ondee por mi pecho,
que me limpie la mente y los malos recuerdos,
que de mi desaparezcas, agua mala.
Anhelo la apertura pronta de las playas,
para así olvidarme de ti.
Ya no duermo en camas de hotel
Las insistentes sábanas
no desean ensuciarse
por la falta de puridad carnal;
no desean arrugarse las heridas
por temor a que sufra con ellas.
Les encanta sentirse deseadas,
les abruma estar dolidas.
No hay intenciones de enredarnos
en búsqueda de tu consuelo,
de sumergirnos la cordura
por el recuerdo de tu ausencia
y de los incendios de nuestros pechos.
No anhelamos revivir tu cuerpo
ni codiciar tu cercanía,
nuestra soledad lastima menos
que tu apatía.
Solita-aria
Impreciso afirmar el origen
de mi insuficiencia personal,
aquel que abruma mis momentos de quietud
y mis anhelos de intimidad.
Suelo sumergirme en el aislamiento,
desuno los pedimentos ajenos
porque no deseo permanecer entre amantes
donde no me pertenezco.
Lejana y perdida me siento,
me desconozco entre brazos forasteros;
carezco de plenitud,
carezco de mí.
Ellos subestiman la soledad
como vacilan sobre mí;
mi malestar recae en su desinterés
por comprender la calma unilateral,
por privarme del tiempo
y colmarme de impaciencia.
¿Hasta cuándo?
cuestiono sin dilación,
¿Hasta cuándo me tendré?
¿Hasta cuándo estaré sola,
en calma y conmigo?
¿Hasta cuándo soportaré
este desvivir por estar sola?
En la oscuridad
Mis miradas te dictan
más que mis palabras,
mis labios te gritan
más que el quiebre de mi voz,
mis silencios torturan
los golpeteos del pecho
al querer sacarme el corazón.
Te he contado,
sin pausas,
el descontrol que tus dedos causan
al deslizarse sobre mi piel.
Como el roce de tus labios
desinhibe mis instintos
y me descontrolo en lo sexual.
Únicamente
en la oscuridad te recuerdo,
porque tus miradas dictaron
menos que tus palabras,
tus labios gritaron
menos que el quiebre de tu voz,
tus silencios torturaron
menos que tu pecho
porque ya he salido de tu corazón.
Hoy, sólo eres un recuerdo
en mis noches de soledad.
Hoy, sólo eres el hubiera
que quería disfrutar.
A tiempo, sin tiempo
No quedan estantes,
he retirado los relojes
de aquellos sitios
donde el agobio marcó
el fin de nuestra historia.
He olvidado los relojes
para evitar el tiempo.
Para evitarte,
te he olvidado.
La falsía de nuestro amor,
supuestos cariñosos y dulzuras interminables,
reveló sus verdaderas intenciones:
nos buscamos para consolarnos el dolor.
No existió pertenencia
ni los reproches personales,
el problema fue que empecé a quererte
y tú dejaste arrumbado el interés.
y por más que guste disfrutar de las horas,
suele afligirme la incertidumbre del nosotros.
Vaya tormento,
vaya ilusión nuestro amor,
aquel que fue un momento,
como el transcurso del minutero.
Encierro en la psiqué
Hay imaginaciones que lloran.
Son solitarias como la luna.
Cubren en mantos de tormentas
las angustias del corazón.
Hay imaginaciones que arden
tan grandes como el sol.
Desean curarse las quemaduras
que les ha dejado esta prisión.
Hay imaginaciones
tan oscuras como esta noche.
Calladas, con brillos estelares
que marcan la posibilidad de mis sueños.
Lejos de ataduras,
lejos del sufrimiento.
¿Acaso tendré un día con brillos naturales
lejos de los reflectores?
Aquellos que engañan
y no sólo a mí.
Hay imaginaciones que anhelo.
Me reflejo libre y feliz.
No quiero seguir encerrándolas en la mente,
yo las quiero vivir.
Espiráculo
Es curiosa la existencia de la vida,
bajo el agua.
El gran misterio,
hasta para mí,
que replica las honrosas palabras
de nuestra realidad:
careciente de sentido.
Que todo es accidental.
Las teorías evolutivas
son claro ejemplo de la
adaptación de la vida;
cómo es que las circunstancias
hacen que uno se mantenga firme,
necio y aguerrido por lo inexplorado.
Hay veces en las que me pregunto
si tengo más de marina que terrestre;
las memorias más relevantes no se olvidan.
Irónicamente, yo tampoco.
La posibilidad de que las aguas
reclamen lo que le pertenece es factible,
como lo intentó conmigo hace dieciocho años.
Seguramente,
los actos de las olas al arrastrarme
no era más que recordarme
cómo respirar bajo el agua,
cómo era mi vida antes de tocar el fango.
Seguramente,
los actos de las olas al arrastrarme,
en sus movimientos,
eran chillidos del mundo,
cantares que sólo yo podría entender.
Y será poético el día que decida marcharme,
porque retornaré a las aguas
proclamándome como tributo.