¿Has sentido el abrazo de la muerte?
Yo sí, pero no como lo imaginas.
Fue un adiós.
El tiempo no se detuvo,
si estaba escrito o no el destino,
sólo sucedió.
Vi la muerte por primera vez a los diez años.
Aún dormida, sentí una presión en mi cuerpo.
Una presión desconocida que me quitó el sueño.
Sentí cariño en aquel abrazo y abrí mis ojos.
Mi hermana yacía dormida a mi lado,
no se movía, me daba la espalda.
Yo seguía inmóvil,
con los brazos de lo desconocido aún rodeándome.
Me alivié al recordarlo todo,
al atar los cabos.
Era mi abuelo.
La noche anterior había fallecido.
No pudimos verlos después de Navidad cuando murió,
pero él me visitó antes de partir.
Hay días en que aún lo siento conmigo,
cuidándome,
y sé que todo estará bien.
En ocasiones,
los ángeles son más que nuestros cuidadores,
son nuestra familia.
|| Instagram: @MLHornidge||