Treinta y uno de agosto de mil novecientos noventa y seis a las cuatro con
diecisiete de la madrugada.
Tras varias horas de labor de parto, parecía que el
nacimiento de la pequeña por fin se lograría. En el quirófano, sonaban
canciones variadas para mantener a las futuras madres tranquilas. Curiosamente,
una dulce canción del momento comenzó a soñar: "Sueña" de Luis
Miguel.
Sueña, con un mañana, un mundo nuevo debe llegar. Ten fe, es
muy posible si tú estás decidido.
La madre de la pequeña seguía en la lucha para traerla al
mundo. Ella, agotada de tanto movimiento, respiró con fuerza y la pequeña, que
llevaba parte de su cabeza, se regresó completamente al interior de su cuerpo.
Los médicos y enfermeras se tensaron. Aquella situación era de sumo peligro
para la bebé. La madre se quedó perpleja por unos instantes.
Sueña que no existen fronteras y amor sin barreras, no mires
atrás. Vive con la emoción de volver a sentir, a vivir la paz.
―Señora, aquí hay de dos. O puja o su hija se muere.
Asustada de perder la primera vida que su cuerpo daba, la
madre siguió con su lucha sin importarle las lágrimas que se deslizaron por sus
mejillas ante el miedo de perder a su pequeña. Su esposo yacía a un lado y tomó
fuertemente su mano mostrando su apoyo.
Siembra en tu camino, un nuevo destino y el sol brillará.
Donde las almas se unan en luz, la bondad y el amor renacerán.
En el cuarto, se escuchaban los conocidos "puje,
señora, puje" junto con los berridos de la madre adolorida. Faltaba tan
poco para ver a su bebé, sólo era cuestión de unos cuantos empujones más. Lo
que más le aterraba era perder a su pequeña por una complicación respiratoria.
Y el día que encontremos ese sueño cambiarás, no habrá nadie
que destruya de tu alma la verdad. Sueña.
La bebé salió del cuerpo de la madre, ella sintió un gran
alivio y felicidad de que su lucha se había logrado... pero hubo problema, nada
de llantos por parte de la pequeña, ninguna señal de vida en el momento. Todo
quedó en silencio. La madre asustada miró hacia donde los doctores y su cara lo
decía todo... ¿Su bebé había nacido sin vida?
Sueña, sueña que no existen fronteras y amor sin barreras,
no mires atrás. Ten fe, muy posible si tú estás decidido.
Tan sólo una palmada fue suficiente para la pequeña. Ella tomó
aire y seguido de ello lloró por primera vez y con una fuerza desquiciante. Los
padres observaron cómo su primera hija relucía su existir, las lágrimas no
faltaron en ese instante. Todo había valido la pena, todo por ese momento de
ver lo increíble y frágil que es traer una vida.
Sueña con un mundo distinto donde todos los días el sol
brillará. Donde las almas se unan en luz, la bondad y el amor renacerán. Sueña,
sueña tú...
Todos tenemos una canción de vida, un himno que marcó nuestra existencia en esta tierra, pero mi caso es diferente. Yo tengo una
canción que simboliza mi lucha como persona, una que reluce mis constantes
altas y bajas, una canción que me define... Yo tengo una canción que me vio nacer.
Sueña